La primera conferencia “La identificación de especies malacológicas
y ornamentos de conchas y caracoles en la pintura mural teotihuacana”, trato
sobre aspectos relacionados con la tecnología en la transformación de los
materiales de malacológicos. La arqueóloga nos mencionó que para los análisis
tipológico hay trabajos, realizados por Lourdes Suárez -Tipología de los objetos prehispánicos de concha (1981 y 2002)[1] y Adrián Velázquez -Tipología de los objetos de concha del
Templo Mayor de Tenochtitlan (1999)[2].
La arqueóloga Clara Paz, nos mencionó que para comprender que técnicas prehispánicas se llegaron aplicar en algunos materiales malacológicos arqueológicos como los provenientes en El complejo entierro-ofrenda del Templo de la Serpiente Emplumada, que constituyó una ofrenda constructiva de sacrificados que fue dedicada a la fundación del edificio[3]. El complejo entierro-ofrenda, consiste de enterramientos que se realizaron dentro de fosas excavadas en el tepetate, en las que se depositaron uno o varios individuos con posición anatómica, edad, sexo y distribución similar entre ellos.
El material de estudio por
parte de la arqueóloga Clara Paz, correspondió
de los maxilares asociados a estos entierros- ofrendas, que son
representaciones arcadas que representan dientes de humanos o de cánidos distribuidos
en el orden bucal (molares, premolares,
dientes caninos y dientes incisivos). Se tuvo que hacer experimentación para
reproducir y comparar el resultado usando especies Spondylus calcifer y Chama
echinata.
El problema con los estudios malacológicos de Teotihuacan, es que no se ha descubierto un taller destinado a la producción, control y distribución estatal, por lo que algunos arqueológicos han compartido que es probable que la producción malacológica se relaciona con otros materiales que se trabajaban de forma artesanal como seria la piedra verde, hueso, mica, lítica tallada, entre otros. En la Ventilla, el Frente Tres, intervenido en 1992-94 por el arqueólogo Sergio Gómez y con análisis posteriores por Julie Gazzola (2009 y 2011), se logró recuperar este tipo de evidencias en diversos espacios de un conjunto habitacional teotihuacano[5].
[1] Suárez Díez,
Lourdes (1981) Técnicas prehispánicas en los objetos de concha.
Colección científica 14 serie Arqueología. INAH, México; (2002) Tipología
de los objetos prehispánicos de concha
CONACULTA,
INAH. México.
[2] Velázquez
Castro, Adrián (1999) Tipología de los objetos de concha del Templo Mayor
de Tenochtitlan. Serie Historia, Colección Científica 392. INAH. México
D.F.
[3]
López
Austin, Alfredo, Leonardo López Luján y Saburo Sugiyama (1991) “El Templo de Quetzalcoatl
en Teotihuacan, su posible significado ideológico”, en Anales del Instituto
de Investigaciones Estéticas, vol. 62, pp 35-52 UNAM, México.
[4] Paz Bautista,
Clara (2014) Estudio de los Ornamentos
de Concha del Templo de Quetzalcoatl de Teotihuacan: La Producción de las
Indumentarias Ceremoniales Teotihuacanas. Tesis de Licenciatura. Escuela
Nacional de Antropologia e Historia. Mexico.144
[5] Gómez Chávez
Sergio y Julie Gazzola. (2009) “Los barrios foráneos de Teotihuacan”. En
Teotihuacan. Ciudad de los Dioses. CONACULTA-INAH. Fundación Cultural
Televisa. Pp. 71-77; Gómez Chávez, Sergio y Julie Gazzola (2011) “La producción
lapidaria y malacológica en la mítica Tollan-Teotihuacan. En Producción
artesanal especializada en Mesoamérica: Áreas de actividad y procesos
productivos, Linda R. Manzanilla y Kenneth G. Hirth eds. INAH-UNAM-IIA, pp
87-130 Mexico.
[6] Op Cit Paz Bautista, Clara 2014: 178
[7] Velázquez
Castro, Adrián (2005) Actualidades
arqueológicas pasado y presente. Arqueología experimental. “La
investigación de la tecnología de elaboración de los objetos de concha a través
de la arqueología experimental”. Revista, Año 0, Dic/2005-Mar/2007. No 3. pp.
3-12 Edición grupo Arqueofilos, IIA-UNAM. México, D.F.
[8] Velázquez
Castro, Adrián, Emiliano Melgar Tísoc y Anne Marie Hocquenghem. (2006) “Análisis de las huellas de manufactura
del material malacológico de Tumbes, Perú”. Boletín del Instituto Francés de
Estudios Andinos IFEA. 2006, 35 (1) 21-35.
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