

Del estado de Hidalgo, se expuso una columna de 1,8 metros de altura que corresponde al fuste un Atlante. Tula, (Tollan), o Lugar de Juncos, fue el lugar de origen ancestral para muchas de las civilizaciones de México y la capital del pueblo tolteca. Los toltecas fueron venerados por su cultura y arte, atributos asociados con el legendario fundador y gobernante de la ciudad, Quetzalcoatl, o la Serpiente Emplumada. Tula se convirtió en la sede del culto a Quetzalcoatl, atrayendo a peregrinos de toda Mesoamérica y emergiendo como un dinámico centro entre el 900 y el 1150 DC.
Al igual que Tula, la ciudad maya de Chichén Itzá en la Península de Yucatán afirmó una relación importante con la Serpiente Emplumada (Kukulcán en maya), y su arte y arquitectura incluyen numerosas representaciones de él. Durante más de dos siglos, los comerciantes y comerciantes de todo el continente acudieron en masa a Tula y Chichén Itzá; trajeron materiales preciosos, como piedra verde, oro, turquesa, conchas marinas y plumas, y productos importados, como vasijas de cerámica, a los centros de las ciudades.
La exposición también conto con otros objetos de jade, turquesa, oro, conchas marinas, perlas y otros materiales, estos objetos representan la forma en que varias culturas en México, incluidos los mayas, toltecas, zapotecas, mixtecas y nahuas, veneraron al dios de la serpiente emplumada, Quetzalcóatl.
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