Una de
las preocupaciones contradictorias que existen de la arqueología, es el
progreso y la modernidad. Esto es por que los procesos de urbanización son infrenables
por la creación de introducción de drenaje, pavimentación, construcción,
teléfono, entre otros, de los planes municipales y estatales; esto sin tomar en
cuenta el surgimiento de asentamientos irregulares. Lo anterior en ocasiones conduce
a la destrucción de los sitios arqueológicos, que se incrementan por la falta
de búsqueda de mecanismos para crear condiciones favorables para su
preservación, protección y difusión por parte de diversos organismos
institucionales, llámense estos, federales, estatales o municipales.
Descubrimiento de una lápida gravada |
De ahí
que, es de interés conocer los agentes de afectación que se presentan en la
destrucción del patrimonio arqueológico, como pueden ser culturales o naturales.
Su conocimiento nos puede permitir plantear proyectos de investigación arqueológica
que podrían corresponder a la modalidad de salvamento o rescate arqueológico.
De esta manera la intervención podría permitir evaluar el impacto al Patrimonio
Arqueológico y el de corregirlo con el propósito de mitigar la destrucción del
mismo.
La intervención
arqueológica en los casos de salvamento o rescate arqueológico, se presenta
como algo practico y normativo, en donde la estrategia de intervención nos
permite proponer las técnicas arqueológicas adecuadas para poder obtener información
relevante de investigación histórica cultural y así mismo el de influir en la protección
del Patrimonio arqueológico. De esta forma la arqueología se reivindica por la
solución de problemas concretos en el presente y el pasado.
De
esta manera el presente trabajo se encuentra dividido en tres partes
fundamentales. En la primera parte señalamos la importancia de intervención arqueológica
por la modalidad de salvamento o rescate en el área de la Zona Arqueológica de
Tula; en la segunda se pone como un ejemplo lo que se ha desarrollado en el
rescate arqueológico del Distribuidor Vial de Tula de Allende, Hidalgo; en la
tercera parte se propone algunos comentarios que consideramos serian de interés
para la protección técnica y jurídica del Patrimonio Arqueológico.
EL SALVAMENTO Y RESCATE
ARQUEOLOGICO
En el
reglamento del consejo de arqueología (1994) se puede apreciar cuales son las
disposiciones para la investigación arqueológica en México. De esta manera los
proyectos de investigación que son de interés para la arqueología mexicana, se evocan
en trabajos de reconocimiento de superficie, en el registro y catalogación de
sitios; por otra parte esta la excavación, que implica la remoción controlada
en la extracción de materiales arqueológicos; además esta el estudio,
consolidación, conservación y mantenimiento de bienes muebles e inmuebles; y el
estudio de dichos bienes arqueológicos[1].
Los tópicos anteriormente citados son ideales para la
investigación de carácter científica, sin pretensiones éticas- políticas. Sin
embargo, en la práctica este tipo de investigaciones requieren personal
calificado, presupuesto y un cronograma de trabajo. El tiempo estimado para
desarrollar dicho proyecto puede comprender varios años. Debido a las afectaciones al Patrimonio Arqueológico
de bienes muebles e inmuebles por obras públicas o privadas, o por causas
naturales[2],
se propuso la realización de salvamentos y rescates arqueológicos.
El salvamento arqueológico se aplica cuando se pretende
la realización de una obra pública o privada, cuya intervención pude ser
prevista. De esta manera no importa el área de afectación, ya que siempre será
prioritaria la investigación, en el tiempo disponible para realizar las
intervenciones necearías tomando en cuenta el trabajo de campo, gabinete y
elaboración de informe técnico[3]. De
esta manera el salvamento arqueológico es un tipo de arqueología con
características propias que obedecen a un tipo particular de condiciones y a un
objetivo preciso que consiste en investigar y recuperar evidencias culturales
que están en peligro de destrucción.
Alejandro Martínez al respecto comenta: “De esta manera, las funciones de tal tipo de arqueología son evaluar
el impacto de la obra sobre los recursos culturales y tratar de mitigar los
daños lo mas posible, hasta donde permita el diseño de construcción”[4].
Perspectiva del Distribuidor Vial de Tula de Allende, Hidalgo |
Con el
salvamento se realizan estudios en áreas que son afectadas por alguna obra y
donde es necesario recuperar la información del contexto arqueológico y de sus
características así como salvaguardar al máximo los objetos y materiales
encontrados en el lugar. En el caso del rescate arqueológico, este se realiza de
manera imprevista como consecuencia de la realización de una obra privada,
publica o causa natural, el área y tiempo de trabajo esta estimado por esas obras o causas. El rescate implica
una intervención urgente donde los vestigios arqueológicos van a ser o están
siendo destruidos de forma inmediata y donde las limitaciones de tiempo y la
rapidez con la que se debe actuar impiden hacer el planteamiento de un proyecto
amplio y definido, obedece más que nada a las condiciones de la obra y a las
necesidades de rescatar el mayor número de información posible en un corto
tiempo[5].
Es
necesario mencionar que de un rescate arqueológico puede hacerse un salvamento
arqueológico y de este nacer un proyecto de investigación como fue el caso de
los trabajos de liberación de la Coyalxauhqui que terminaron con el Proyecto
Templo Mayor. A su vez dentro de cada salvamento arqueológico se pueden hacer
diversos rescates arqueológicos. En el
caso del salvamento el tiempo sigue siendo un factor vital, aun que no sea
determinante, ya que se sabe con anticipación el lugar, las características,
condiciones y duración de las obras, que generalmente son de mayor amplitud, lo
que posibilita el planteamiento de un proyecto con objetivos e hipótesis
definidos, así como la organización de las etapas de investigación de acuerdo a
los intereses del propio proyecto.
En
este sentido para normar todo proyecto de salvamento arqueológico, el Consejo
de Arqueología debe ser notificado para la revisión y aprobación. En este sentido los criterios mínimos que
debe incluir cada salvamento son: El planteamiento general; el análisis de los
antecedentes arqueológicos; el planteamiento particular de la investigación; la
metodología y técnicas arqueológica aplicadas; el personal que se incorpora;
los instrumentos y materiales para su ejecución; el presupuesto detallado; el
cronograma de duración; y la bibliografía citada.
Lo que
tiene en común el rescate como el salvamento arqueológico es que la forma de
iniciar la investigación no es la que tradicionalmente se debe seguir, en donde
de acuerdo a los objetivos y a las hipótesis que se tienen se elige el lugar de
estudio. En este caso el lugar y por lo tanto el objeto del estudio están
determinados por el sitio donde se realizará la obra, esta situación no le
resta nivel a los resultados obtenidos, únicamente significa que deben
plantearse objetivos adecuados a las condiciones específicas bajo las que se
trabaja. Con las investigaciones de este tipo
se tienen varias ventajas, ya que no se enfoca a lugares restringidos ni a
temporalidades específicas ya que la obra puede realizarse en cualquier región.
Martínez Muriel menciona que se debe tomar en cuenta que el salvamento
arqueológico se puede hacer en diversos niveles de estudio como son: Los
interregionales, en donde el proyecto abarca varias áreas geográficas y
culturales (carreteras, gasoductos, vías férreas); Los regionales, donde la
extensión y área son más específicos (presas, desarrollos turísticos, etc.);
Los de sitio, en los que el estudio sólo se enfoca a áreas pequeñas (unidades
habitacionales, centros comerciales, fraccionamientos, parques, etc.); y Los de porciones de sitio, estructuras o
elementos, donde el área es mínima (construcción de casa, cimientos, cisternas,
etc.)[6].
Las
temporalidades tampoco son específicas, varían de acuerdo al lugar de la
investigación- por lo que se tiene acceso tanto a épocas pleistoscénicas y
prehispánicas en los niveles estratigráficos más bajos, como a épocas
coloniales y modernas en los más altos. El hecho de que la investigación del
lugar estudiado sea la única información que quedará de los contextos ahí
encontrados, ya que serán destruidos, implica una alta responsabilidad así como
la obligación de tener un registro lo más amplio y claro posible que permita no
sólo lograr los objetivos y la comprobación o falsación de las hipótesis
propuestas, sino también el acceso a esos datos por parte de otros
investigadores cuyos intereses puedan ser distintos.
Por ultimo en cuanto a las ventajas
del salvamento arqueológico podemos comentar que: el salvamento constituye una
de las opciones que se utilizará para realizar estudios en sitios que serán
destruidos o bien en lugares a los que de otra forma sería difícil el acceso[7].
Otra de las ventajas de la arqueología de salvamento, es que el tipo de
contextos a que se tiene acceso son variados, desde grandes áreas ceremoniales
y habitacionales, hasta pequeños asentamientos, áreas de actividad, entre
otros. Estamos concientes de que este tipo de
arqueología esta sujeta a diversos problemas los cuales no pueden ser resueltos
de forma genérica e indiscriminada sino que debe distinguirse claramente entre
problemas con una solución técnica o metodológica, que son de tipo académico y
problemas de tipo institucional. En
cuanto a los problemas metodológicos están los limitantes como el escaso tiempo
disponible, el saqueo y el deterioro por agentes naturales y culturales. En
cuanto a los problemas institucionales podemos mencionar la poca difusión de
las labores de salvamento; la falta de comunicación con las empresas
constructoras y sociedad en general para dar aviso de la iniciación de obras
con anticipación; la acumulación de materiales de investigaciones no
concluidas; el retraso en la iniciación de proyectos y rescates; y todo lo anterior como resultado de un fallo a
nivel organizativo principalmente.
EL CASO DEL DISTRIBUIDOR
VIAL, TULA DE ALLENDE, HIDALGO
El Distribuidor
Vial de Tula de Allende se ubica en el entronque de la Avenida Nacional y
Melchor Ocampo, enfrente de lo que es el Parque Nacional del Municipio. En
cuanto al Decreto Presidencial del viernes 15 de diciembre de 1993, se localiza en la Zona B, considerada como área
de Zona de Monumentos Arqueológicos[8].
Es
bien conocido que a través de las investigaciones arqueológicas que se han
efectuado se ha propuesto que la ciudad arqueológica de Tula en su época de
apogeo se extendía cerca de 16 km2, compuesta por cientos de conjuntos
habitacionales conformados en barrios especializados en producción artesanal y
agrícola.
Descubrimiento
de restos arquitectónicos de la fase Azteca
|
El
problema que hay al respecto, es que aun se carece de datos para comprender
aspectos sobre la funcionalidad y organización de los residentes en dichos
conjuntos, por lo que los estudios de áreas de actividad nos permiten realizar
las inferencias pertinentes. Por otra parte, la información que se obtiene del
estudio de las unidades habitacionales, dentro de un marco regional y con
interacción al gran recinto ceremonial permite comprender la extensión y
función de los barrios toltecas. De esta
manera cada vez es más difícil realizar investigación arqueológica sobre
unidades habitacionales y por ende de los barrios, por lo cual proponemos que
la arqueología de salvamento o rescate, es una alternativa que se debe
aprovechar para investigar que hay más allá del recinto ceremonial.
Adoratorio que se descubrió por debajo de la construcción de la fase Azteca |
En
el caso particular que tratamos en frente de la alameda del Municipio de Tula
de Allende, en el entronque de la Avenida Nacional y Melchor Ocampo, se esta
desarrollando una obra por parte del Gobierno del Estado de Hidalgo para la
construcción de un Distribuidor Vial[9]. Para lo cual una constructora contratada por
el Gobierno del Estado realizo seis excavaciones donde se observo la presencia
de materiales arqueológicos como son fragmentos de cerámica, figurillas y
lítica tallada, lo anterior asociado con
piedras careadas y fragmentos de pisos estucados, lo cual motivo a desarrollar
un proyecto de Rescate Arqueológico. Con
la intervención se ha podido recuperar información importante que nos permita
complementar aspectos que se han tratado en la región. En especial sobre tipo de construcción,
funcionalidad y cronología. De igual
forma podremos abordar aspectos relacionados con la dieta y especialización de
los habitantes que se asentaron en el área en donde se esta construyendo el
Distribuidor Vial.
El
proceso metodológico para la corrección del impacto arqueológico que se
implemento tenía como propósito principal una investigación arqueológica que
permita obtener una diversidad de datos. De esta manera en cuanto a la
supervisión de las áreas ya intervenidas por parte de la maquinas pesadas, se
propuso como una aproximación que permite conocer parte de los contextos
culturales que aparecieron durante la excavación arqueológica, de la
estratigrafía del subsuelo, el grado y distribución de las áreas removidas.
La
siguiente etapa en el área consistió en intervenir las áreas que serian
afectadas por la remoción al uso de maquinaria pesada, lo que motivo a realizar
excavaciones arqueológicas por medio de pozos de sondeo. De esta forma se logro
obtener muestra aleatoria estratificada de los diferentes sectores a ser
intervenidos y así recuperar un repertorio mínimo de material cultural que
permite responder futuras temáticas de estudio, relacionadas con una amplia
gama de aspectos vinculados a los modos de vida de momentos prehispánicos e
históricos. Con las excavaciones arqueológicas
efectuadas se logro registrar diversas etapas del proceso de urbanización que
se relacione con los toltecas, recuperando evidencia de distintas áreas
funcionales, relacionados con unidades habitacionales, áreas de especialización
y tipos de artefactos. A si mismo, el de recuperar datos sobre construcciones
mas tardías correspondientes a la fase Azteca II- III.
En el futuro el análisis
multidisciplinarios de las muestras obtenidas de estos recintos domésticos y
estructuras permitirá acceder a información sobre la distribución
socioeconómica de la población en el área sureste de la ciudad de Tula, así mismo
de patrones conductuales asociados. Es de mencionar que los análisis de
material orgánica permiten aplicar análisis de flotación y así acceder a
información relacionada con el uso de los recursos vegetales. Además la
presencia en estas áreas domésticas de ciertos objetos manufacturados, abre la
posibilidad de conocer aspectos del sistema económico, tales como redes de
intercambio y comercio de productos.
CONCLUSION
La preservación del patrimonio arqueológico tolteca, está
en duda, por la afectación de los mismos a través de los agentes de deterioro,
en especial de los culturales, ya que un factor como es la expansión urbana y
al implementación de los servicios y sistemas colaterales de equipamiento del municipio,
pone en riesgo la preservación de las construcciones prehispánicas, sino hay
una participación institucional y la creación de un departamento de
intervención arqueológica en la región que permita la recuperación de tanto de
los materiales como de los datos contextuales en la mejor comprensión de la
cultura tolteca. Se
debe trabajar en un plan a corto plazo para poder mitigar la destrucción del
patrimonio cultural que es producto de un pueblo que influyo a nivel mesoamericano
y que lo reconocemos por su legado escultórico, cerámico, arquitectónico, entre
otros. Fuentes de la investigación del futuro.
Bernal, Ignacio
1979 Historia
de la arqueología en México. Porrua S.A.
Carballal, M.; López Wario, L.A., et al
1987 Consideraciones
sobre la metodología arqueológica aplicada
en areas
urbanizadas”. En: Investigaciones en
Salvamento Arqueológico
II. Cuaderno de trabajo # 6. INAH: pp. 9-20.
Ley
Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos
1995 Ley Federal sobre Monumentos y
Zonas Arqueológicos, Artísticos
e Históricos. INAH,
México.
Martínez, Muriel Alejandro
1988 “El
Salvamento Arqueológico”. En: La Antropología en México # 6, el desarrollo técnico. Coord.
García M. y Del Valle B. Colección
Biblioteca
del INAH: 395-411.
Reglamento
del consejo de arqueología
1994 Reglamento del consejo de arqueología, INAH, México.
LINKS:
[1] Reglamento del consejo de
arqueología 1994: 12- 13
[2] Cada día los sitios arqueológicos están ante
un peligro mayor de desaparecer debido al gran incremento de las manchas
urbanas y de las obras de infraestructura que se requieren para posibilitar la
explotación de recursos, la producción de bienes y servicios y la comunicación
nacional. [4] Martínez Muriel 1988: 395
[5] Un ejemplo que podemos proponer como el primer rescate arqueológico es el efectuado por Don Leopoldo Batres con las exploraciones que llevó a cabo en la calle de Escalerillas hacia 1900, al efectuarse trabajos de construcción de una atarjea donde aparecieron algunos muros, escaleras y ofrendas de un recinto prehispánico (Bernal 1979).
[6] Martínez 1988: 395- 396; Carballal, M.; López Wario, L.A., et al 1987
[7] Con la intensa urbanización y la construcción de las obras mencionadas se reduce cada vez más el espacio libre para la realización de investigaciones arqueológicas, por lo que éstas se enfocan a sitios que serán afectados o bien a lugares que se ponen al descubierto por las mismas. De esta forma este campo de estudio se constituye en una de las más frecuentes posibilidades a futuro de seguir estudiando las culturas pasadas y la historia por medio de la arqueología.
[8] La zona B es considerada área de reserva de investigación y protección al entorno de la zona arqueológica de Tula, por lo que la ubicación del predio en comento dentro de la misma lo sujeta a la disposición del INAH en cuanto a materia de protección al patrimonio cultural arqueológico. De ahí que entonces se requiere la intervención arqueológica respectiva para poder liberar o restringir el tipo de obra en caso de descubrirse algún vestigio que pudiera ser afectado.
[9] El Distribuidor Vial es una obra del Gobierno del Estado de Hidalgo bajo la administración del gobernador Miguel Osorio, donde se canalizan 28 millones de pesos y se presume que se beneficiará a 270 mil habitantes.
Publicado en:
Gamboa Cabezas, Luis Manuel2007 “Salvamento y Rescate Arqueológico en Tula”. Nuevas Políticas.
Instituto de Administración Publica del Estado de Hidalgo A.C. Año 1,
No 3, Enero- Marzo pp: 4-11.
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