jueves, 6 de abril de 2017

Conferencia sobre: “Proyecto Gran Acuífero Maya” presentado por Guillermo de Anda




La Fundación Tula y sus Raíces A.C., organizaron un evento académico donde participio el Arqueólogo subacuático, Guillermo de Anda, quien coordina el “Proyecto Gran Acuífero Maya”. En la conferencia que nos presentó el día 05 de abril del 2017, trato una diversidad de temas relacionados con las estrategias y procedimientos que se aplican en la arqueología subacuática, que no difiere de la arqueología tradicional, solo en el medio en que se realiza.  

La experiencia que tiene el Arqueólogo subacuático, Guillermo de Anda, es de más de treinta años  buceando, ya que, desde los ocho ya había hecho algunas inmersiones y después con el tiempo motivado por su pasión de hacer descubrimientos únicos, influenciado por obras como los escritos por Julio Verne, “Viaje al Centro de la Tierra” y “Veinte mil leguas de viaje submarino”; combino su conocimiento de arqueólogo con el de buzo, convirtiéndose en los pioneros de la arqueología subacuática con especialización en cuevas sumergidas y después con los estudios de cenotes.

A través del tiempo, su fama como arqueólogo subacuático, le permitió que fuera candidato a ser nombrado explorador de la National Geographic Society. Donde le otorgaron presupuesto para comenzar a realizar una serie de proyectos que lo llevaría a cumplir sus sueños de hacer descubrimientos espectaculares, donde se han incorporado especialistas de diversas nacionalidades y estudiantes mexicanos que han contribuido con nuevas líneas de investigación.

En la conferencia se hizo llegar varias preguntas a los especialistas, algunas congruentes y otras, que no tenía que ver con el tema de exposición. Las primeras se preguntaban sobre cuestiones de protección técnica y jurídica de los cenotes; sobre la probabilidad de que este tipo de trabajo motiva a los presuntos exploradores al saqueo de artefactos en los cenotes o cuevas inundadas; el cómo esta riqueza acuífera se está transformado por la creación de grandes desarrollos urbanos o de infraestructura turística que impacta directa e indirectamente no solo los contextos, también la vegetación y fauna que la habita; pero también, las preguntas se dirigieron a los avances tecnológicos del cómo se registra, se difunde y hay una participación directa con personas que tienen interés de saber más sobre estos temas.

El buceo en México, tiene varios años, pero la arqueología subacuática es muy reciente. En 1980 se creó el Departamento de Arqueología Subacuática –promovido en 1995 a Subdirección– del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)[1]. La historia de las investigaciones arqueológica en  Chichen Itzá, para ingresar a los cenotes ha sido motivado por la obra de Diego de Landa, quien público en el siglo XVI una obra titulada “Las Cosas de Yucatán”, donde se narra lo que pasaba en el Cenote Sagrado de Chichen Itzá.

El arqueólogo Edward H. Thompson, por el año 1890, se convirtió en el primer arqueólogo subacuático, ya que como cónsul de Estados Unidos, había comprado los terrenos de Chichen Itzá, donde se encontraba el cenote sagrado. El arqueólogo influenciado por los tesoros que menciona Landa, comenzó hacer inmersiones con el uso de escafandras, para internarse en las profundidades donde llego a una capa de lodo de casi diez metros de espesor, donde atientas localizaba objetos arqueológicos y restos humanos que era las supuesta prueba de sacrificios por los mayas. En el año 1900, el descubrimiento de un infante de sexo femenino, confirmaba la tesis de sacrificio humano.  

Estos descubrimientos, llevaron Thompson a comenzar con el dragado del cenote, donde a lo largo de siete años, hasta 1911 mantuvo en operación la maquinaria para extraer de su fondo gran cantidad de objetos como esqueletos humanos y de animales, así como joyas y piezas arqueológicas elaboradas en jade y ónix, que trasladó y vendió ilegalmente en su país[2]. Hoy muchos de estos objetos se encuentran exhibidos en el Museo Peabody[3] y otros en la sala maya del Museo Nacional de Antropología[4].

El problema con Thompson, es que después de sus descubrimientos, otros arqueólogos lo acusaron de una conducta depredatoria y reprobable, es decir ser un saqueador y esto lo llevo a unos juicios civiles y el otro penal.  Después de su muerte en 1935, fue condonado, pero el civil no que tenía que ver con la propiedad del cenote, que al final fue regresado a la descendencia de Thompson. De forma paralela la antes de su muerte, la Instituto Carnegie, propone explorar de forma  científica  el Cenote de Chichen Itzá, es aquí donde se integran varios arqueológicos importantes para evitar que se siga sancionado a Thompson, pero la prensa, continuo señalando el saqueo que se realizó y esto trajo inconformidad para la sociedad yucateca[5].-

Independientemente de lo que se suscitó con Thompson, no queda duda que los  antecedentes de la Arqueología Subacuática en México los constituyen los trabajos de exploración y recuperación de piezas prehispánicas en los cenotes de Chichén Itzá. Pero tiempo después fue también en otros cenotes como el de  X-Coton, Xclacah, Xtimul, Bolonchojol y Tazca, en Yucatán; continuando con el Cenote Agua Azul y la presa La Angostura, en Chiapas; la Laguna de Chunyaxché, la Bahía de Tancah y la Caleta de Xel-Ha, en Quintana Roo, y la Laguna de la Media Luna, en San Luis Potosí. Después de esto, los proyectos de investigación en aguas marinas y continentales, han atendido denuncias y han logrado  reforzar la conciencia nacional acerca del inmenso valor del Patrimonio Cultural Sumergido.

Hoy la Subdirección de Arqueología Subacuática del Instituto Nacional de Antropología e Historia, es quien tiene norma los permisos en México,  para realizar proyectos de investigación para localizar y ubicar espacial y temporalmente los sitios arqueológicos e históricos sumergidos.  En donde, se incorporan científicos, especialistas, instituciones y empresas de México, Argentina, Cuba, Honduras, Puerto Rico, Uruguay, España, Estados Unidos de Norteamérica y Canadá con el mismo propósito de investigar, conservar y difundir el patrimonio sumergido. La estrategia y proceso en la investigación arqueológica es la misma para todos los tipos de arqueología, pero lo que no podemos dudar es que cambian los medios y quizás esto hace que cuando se combina la pasión del placer de bucear y el de hacer registro arqueológicos, se logra la satisfacción de que estamos en otro mundo, como es el caso del Arqueólogo subacuático, Guillermo de Anda.


[1] http://www.subacuatica.inah.gob.mx/index.php
[2] Edward Herbert Thompson, People of the Serpent (New York: Capricorn Books, 1932.
[4] «Devolverá museo de EU piezas mayas de jade a México». El Universal (México). 19 de noviembre de 2008. Consultado el 9 de agosto de 2009.
[5] Luis Ramírez Aznar, El saqueo del cenote sagrado de Chichén Itzá, Mérida: Editorial Dante, 1990

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