miércoles, 5 de abril de 2017

Del inframundo al supramundo. Visita de Guillermo de Anda, arqueólogo subacuático especializado en cenotes



Como parte de la atención a la visita publica, el 04 de abril del 2017, se realizó un recorrido por el Museo Jorge R. Acosta y el área de Monumentos Arqueológicos de Tula Grande, en compañía de integrantes de la Fundación Tula y sus Raíces y el Arqueólogo subacuático, Guillermo de Anda, quien coordina el “Proyecto Gran Acuífero Maya”[1].

El arqueólogo Guillermo de Anda, inició sus estudios de arqueología en la Ciudad de México en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Después tras muchos años de estudios de especialización y posgrado, trabajó como profesor investigador -arqueólogo subacuático especializado en cuevas inundadas- en la Universidad Autónoma de Yucatán[2]. Poco se conocía de este tipo de arqueología hace 30 años, pero tras varias exploraciones en cuevas subacuáticas en Estados Unidos y Francia, comenzaron a llegar expertos en buceo a nuestro país. Aquellos primeros exploradores descubren la magnificencia del subsuelo de Quintana Roo y Guillermo se les une.

Conforme se fueron adentrando en las aguas de los cenotes fueron descubriendo que la riqueza arqueológica de esta zona es riquísima y la importancia natural e incluso estratégica que tiene, ya que estamos parados sobre uno de los mayores acuíferos del mundo, muy probablemente el mayor de México sin duda, que tiene una extensión tan grande que tan solo entre Playa del Carmen y Tulum tiene unos 1390 km de línea de navegación[3]. En ese entonces Guillermo tenía suficiente conocimiento de los cenotes porque fue buzo desde los 13 años, y esa fue una de las razones por las que se trasladó al caribe. A sus 20 años ya era un buzo muy avanzado, pues había ya buceado en cuevas inundadas del estado de Morelos; ya tenía muchos conocimientos de lo que eran los cenotes, sin  imaginar la maravilla y la extensión que tenían, mucho menos de su significado y la magia que guardaban[4].

Guillermo, después de esa experiencia comenzó de nuevo a retomar la carrera de Arqueología Maya, posteriormente la especialidad de Antropología Esquelética, después una maestría en Bioarqueología y finalmente está en la toma de un doctorado en Estudios Mesoamericanos en la UNAM. El primer proyecto que surge fue llamado “El Culto al Cenote”. Un trabajo que busca entender mejor las actividades de culto que se llevaban alrededor de un cenote, explicar que los cenotes fueron para los mayas entidades poderosas de energía especial. Para los antiguos Mayas, de los cenotes emanan la lluvia y la vida, y de un cenote surgió la primera semilla de maíz que los dioses regalaron al hombre Por eso es que se llevaban a cabo rituales en los cenotes que incluían el depósito de ofrendas. Todo esto es parte de una actividad de culto[5].

Guillermo publica parte de la investigación por ahí del 2003, y con esto se abre la puerta a una nueva ola de estudios e investigaciones. Muchos investigadores quedaron fascinados con la investigación, sin embargo algunos otros argumentaban que era necesaria la “prueba material” de que esto era cierto. Y es así que inician trabajo de campo para tratar de localizar los cenotes mencionados en los relatos de Fray Diego y reportan la existencia de material arqueológico, y muchos huesos específicamente humanos.

Tal es el caso del cenote que Guillermo exploró, el Cenote Holtún, junto a su equipo, en Chichen Itzá. Además de la importante ofrenda encontrada ahí, el equipo encuentra que la pirámide de El Castillo está perfectamente alineada no solo a Holtún al oeste, sino con otros tres. Por lo que la geometría sagrada consiste en: el cenote Sagrado al Norte; el cenote Holtún al oeste; el cenote Kanjuyum al este; el cenote Xtoloc al sur y el cuerpo de agua localizado a 20 metros debajo de Kukulcán y cuya extensión es de 25 metros de largo por 30 de ancho en el centro. Estos cinco cenotes de acuerdo a De Anda, la arqueológica de Chichén Itzá representan los cinco rumbos del universo maya. 

El reciente descubrimiento de un enorme cenote bajo la pirámide ha venido a reforzar esta idea, ya que de Anda afirma que esa caverna corresponde al rumbo más sagrado para los mayas, el centro de su universo. Guillermo nos comentó que con el hallazgo se consolida la hipótesis de un cosmograma es decir una réplica del universo maya representado en la forma de una ciudad. Hoy el nuevo proyecto que dirige tiene como propósito investigar si los cinco cenotes están conectados entre sí bajo el subsuelo de la zona arqueológica de Chichén Itzá.  En sus nuevas propuestas “Culto al Cenote”, no consisten en la idea de tratar de remover materiales tomar muestras y alterar el contexto perdiéndose gran parte de su información, Ahora se  propone que los objetos permanezcan en su lugar original, como objetos de estudio. National Geographic, a facilitado tecnología para hacer modelos fotográficos en 3D, es decir con el uso de la fotografía computacional, puede no solo tener imágenes extraordinariamente detalladas sino que puede determinar direcciones, tamaños, medidas por grandes o pequeñas que sean.

Solo puedo concluir que la experiencia que compartió el arqueólogo Guillermo de Anda, fue fructífera e interesante, ya que me hizo comentarios interesantes como presencia de esculturas de atlantitos o vasijas como braseros tipo Abra que se han descubierto en algunos cenotes y que se encuentran allí, sin ser removidos para que puedan ser estudiados por especialistas. Lo que me da satisfacción de haber hecho una contribución destacando la presencia tolteca en esas regiones que están siendo estudiadas de forma diferente a las tradicionales.  








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