lunes, 17 de agosto de 2015

La trascendencia de la cultura tolteca en el mundo prehispánico


Dentro del Diplomado de Arqueología e Historia de México, se presentara una conferencia titulada “La trascendencia de la cultura tolteca en el mundo prehispánico”. Esto nos lleva a ubicarnos temporalmente en el Periodo Postclásico [800 d.C. – 1500 d.C.] y especialmente al surgimiento de la cultura tolteca que se desarrolló entre el 900-1150 d.C. en el Estado de Hidalgo.

Los temas sobre la cultura tolteca son muy amplias y exhaustivos. Por lo que acatamos los datos, con solo algunos puntos que son trascendentales para comprender el desarrollo e influencia que tuvieron los toltecas en el mundo mesoamericano.   Para esto partimos identidad las culturas que previamente declinaron en su poder y grandeza, como son la teotihuacana y la zona maya, que pasaron por un abandono paulatino y otras por procesos inmediatos. Sin embargo otras como la cultura Mixteca y ciudades como Tajín y Xochicalco, continuaron su evolución y desarrollo entrado el 800-900 d.C., y su influencia permanece hasta el 1300 de nuestra era.


La ciudad Arqueológica de Tollan o Tula, como es conocida, fue el inicio de una nueva era que rompió con todo lo establecido por las culturas del periodo Clásico de Mesoamérica. Se trasforma la estructura política, social, y religiosa.   Hay fuentes históricas que hacen mención del origen étnico de los toltecas, algunos los llamaron toltecas chichimecas al mando del caudillo Mixcoatl, quien, de acuerdo con las crónicas míticas, se casa con una mujer sureña de nombre Chimalma, quien murió al dar a luz al hijo de ambos, un personaje conocido como Ce Acatl Topiltzin Quetzalcóatl.  El mito de su nacimiento, acceso al poder con los toltecas y su huida de la ciudad cuando pierde contra Tezcatlipoca, lo convierte en un personaje histórico-legendario que domina a Tula, y que trascenderá en diversos lugares de Mesoamérica.
El actual recinto de Tula Grande, fue donde se iniciaron las primeras exploraciones arqueológicas. Algunos han escrito que este recinto es donde Quetzalcóatl, comenzó la fundación de la ciudad, pero a través del tiempo otras áreas han sido exploradas como Tula Chico, que es más factible por su temporalidad más temprana que fuera donde se inició el desarrollo urbano de Tula.

Un edificio que podemos considerarlo como creación toltecas es el tzompantlis o altar de cráneos, decorado con calaveras y huesos humanos. Este altar se utilizaba para apilar o ensartar los cráneos de los sacrificados. El tzompantlis perduro a través del tiempo por otras culturas, donde los conquistadores pudieron redactar crónicas de lo que observaban, específicamente con la cultura azteca. En el Templo Mayor los españoles nos narran que los  tzompantlis  tenían pértigas de madera donde los cráneos estaban incrustados en ellas. Esto tenía un doble propósito: una actividad ritual de fecundidad en la tierra y promesa del agua de lluvia; y de intimidación para demostrar quien tiene el control del orden político militar, las tribus que no querían tributar sabían cual esta su destino.

La segunda innovación que podemos mencionar por parte de los toltecas es el coatepantli o muralla de serpientes. Este muro rodea parte de la pirámide principal de Tlahuixcalpantecutli,  cuyos relieves expuestos se dividen en tres motivos: Rematando el muro donde se encuentran una forma de “G” invertida, que se inspira en el caracol cortado y representa la estrella matutina; En la parte central hay una franja ininterrumpida de figuras que representan una procesión de serpientes entrelazando con humanos que van perdiendo sus partes blandas; En la parte superior e inferior de los elementos anteriores, hay grecas escalonadas.  El coatepantli se convertirá en un elemento innovador y de influencia tolteca entre culturas contemporáneas y las que surgieron posteriormente.  

En Tula las evidencias arqueológicas demuestran que el arte en la producción escultórica sobre sale al de otras culturas contemporáneas. De allí que el adjetivo tolteca [proveniente de la ciudad de Tollan] era sinónimo de persona civilizada y artista.  Solo basta con ver las reconstrucciones que se han hecho del Templo Tlahuixcalpantecutli, para hacer notar como la escultura en tableros [variantes del tablero-talud de Teotihuacán] predomina en las fachadas, templo, escalinata y vestíbulos. En cuanto a la escultura que sobresale hay pequeños Atlantes destinados a soportar altares; portaestandartes; figura del Chac-mol; y columnatas esculpidas que corren alrededor del templo de Tlahuizcalpantecutli.

Los tableros se encuentran cubiertos con frisos de jaguares y coyotes en procesión, alternados con águilas devorando corazones, y que se convierten en representaciones simbólicas de  Tlahuizcalpantecutli, mostrando al llamado hombre-pájaro-serpiente. Se cree que éste personaje simboliza de igual manera al planeta Venus, a quien se dedica el templo. Las figuras muestran rostros humanos que asoman de las fauces de un jaguar provisto de una lengua bífida de serpiente y adornado con abanicos de plumas. 

No podemos abarcar mas temas, pero consideramos que lo que se presente  resaltara que los toltecas era un pueblo trascendental y poderoso.

 
ARTICULOS PARA LEER MAS


Brinton, Daniel G. Were the Toltecs an Historic Nationality? Proceedings of the American Philosophical Society, July-Dec. 1887
Coggins, Clemency. Toltec, Anthropology and Aesthetics, Autumn, 2002
Fox, John W. On the Rise and Fall of Tulans and Maya Segmentary States, American Anthropologist, Sept. 1989
Healan, Dan M., Janet M. Kerley, George J. Bey III, Excavation and Preliminary Analysis of an Obsidian Workshop in Tula, Hidalgo, Mexico, Journal of Field Archaeology, Summer 1983
Kristan-Graham, Cynthia. The Business of Narrative at Tula: An Analyzis of the Vestibule Frieze, Trade, and Ritual, Latin American Antiquity, March 1993
Mastache, Alba Guadalupe and Robert H. Cobean. Ancient Tollan: The Sacred Precinct, Anthropology and Aesthetics, Autumn 2000

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