La Pirámide
de Taxhuada, “Donija”, quiere decir iglesia vieja. El nombre deriva del otomí,
donde “do” es un sustantivo que significa roca o piedra, pero como prefijo
significa viejo, roto o enfermo; la palabra templo, se escribe “nija”. Hay
algunos estudiosos del hñähñú que dicen que doni significa flor, lo que podría
corresponder con el templo de la Flor[1].
La historia
que tenemos sobre la Pirámide de Taxhuada es que hay referencias donde pobladores colocaron
una cruz en un cerrito para iniciar el proceso de evangelización del lugar abarcando
las cabeceras de Mixquiahuala, Chicuautla y Tezontepec en el siglo XVIII. Hay
que tomar en cuenta que la Pirámide de Taxhuada actualmente está bajo la
jurisdicción de Mixquiahuala que formaba parte del señorío de Axocopan, que era
una de las provincias norteñas del imperio azteca que había sido conquistada
por Moctezuma Ihuilcamina en 1440.

Los tributos
que se tenía que ofrecer de los pueblos conquistados al señorío de Axococopan
consistían en 800 cargas de mantas ricas pequeñas, 400 cargas de mantas
pequeñas con borde blanco y negro, 800 cargas de mantas pequeñas blancas, 400
cargas de enaguas y huipiles, 42 trajes de guerreros con escudos, 4 trojes: una
de maíz, otra de frijoles, una de chía y otra de huahutli y 400
cántaros de miel de maguey espesa.
La historia
de las exploraciones arqueológicas de la Pirámide de Taxhuada, comienzan con
Jorge R. Acosta, cuando estaba dirigiendo los trabajos de la VI Temporada de
Exploraciones en la zona arqueológica de Tula, en 1946. Lo que motivo la
exploración Arqueológica fue el descubrimiento de alineaciones que hicieron
suponer que se trataba de una construcción prehispánica, motivada por la
extracción de piedra para la construcción de la barda, se le informó al
arqueólogo Jorge R. Acosta de dichos descubrimientos.
[1] Carrasco, Pedro 1987 Los otomíes. Cultura e historia prehispánica
de los pueblos Mesoamericanos de habla
otomiana, México, Ediciones del Gobierno del Estado de México; 1998 “Los
otopames en la historia antigua de Mesoamérica”, Estudios de Cultura
Otopame, Universidad Nacional Autónoma de México, México, núm. 1, pp.
17-51.
[2] Códice Mendocino 1980 Facsimile fototípico dispuesto por don Francisco
del Paso y Troncoso, Editorial Innovación, México.; Códice Mendocino O
Colección Mendoza 1979 J. I. Echeagaray (ed.) Prefacio de E. de la Torre
Villar, San Ángel Ediciones, México
[3] Guerrero, Raúl 1983 Los otomíes del Valle del Mezquital. Modos de
vida, etnografía, folklore, México, Gobierno del Estado de Hidalgo e
Instituto Nacional de Antropología e Historia.
[4] Patricia Fournier y Rocío Vargas Sanders (2002) “En busca de los “Dueños del Silencio”:
Cosmovisión Y ADN Antiguo de Las Poblaciones Otomíes Epiclásicas de La Región
De Tula”. En: Estudios De Cultura Otopame.
Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Antropológicas. México pp: 37-75.
No hay comentarios:
Publicar un comentario