Al finalizar el cañón de las adjuntas, entre el poblado de Macua y San Miguel de las Piedras, se encuentra, unas formaciones rocosas de más de 4 metros de altura que son conocidos como los órganos.
Para poder llegar a este lugar, se puede acceder por la comunidad
de Santa María Macuá que está ubicada al Noroeste de Tula de Allende Hgo., rumbo
a la carretera de Michimaloya-Macuá; la otra es desde la cabecera de Tula de Allende a través del Boulevard
Tula-Iturbe, dirigiéndose hacia Michimaloya y de ahí a San Miguel de las Piedras. El trayecto es un poco pesado por el tipo de vehículo que se use, pero es agradable y esplendoroso por sus paisajes.
El
lugar es muy interesante por tres aspectos.
· El
primero porque fue un sendero de cazadores recolectores que desde la prehistoria dejaron evidencias de manifestaciones rupestres y posteriormente hay asentamientos prehispánicos
que indican la importancia que tuvo el lugar antes de la llegada de los
españoles. 
· El segundo es porque hay formaciones troncocónicas que sobre salen en el terreno,
formadas a través del tiempo por la erosión eólica e hídrica que afectaron la
superficie, en donde predomina escasamente la vegetación
consistente en arboles de mezquite, el pirúl y el huizache; además de plantas
como nopal, maguey, órgano, biznaga, y nopalillo. Las formaciones tienen una composición
riolíticas y andesitica pertenecientes al Plioceno (5 332 000 años y termino
hace 2 588 000 años).
· El
tercero es por su perspectiva paisajista, es semidesértico con un oasis natural
donde hay manantiales, que se forman con escurrideros del arrollo proveniente de la cañada Las Adjuntas. Hoy es un atractivo turístico en semana santa, en donde el agua se ha canalizado para regadío a lo largo del arrollo que con otros escurrideros forman el río de San Miguel de Las Piedras. Las aguas terminan vertidas en la presa Endho, en donde se mezclan con aguas negras.
En el cañón de las Adjuntas se pararon, recibiendo un
castigo donde se petrificaron, por no cumplir su manda. Esas formaciones
que se levantan son los peregrinos, cuyos nombres ya se olvidaron. No así, la población
que todavía rinde culto a la virgen de Guadalupe en Santa Maria Macuá.
Esas formaciones en algún momento también fueron
usadas para corrales, ya que hay agujeros que indican las areas que intervinieron para colocar cercos de maderos.
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