martes, 15 de julio de 2014

Peregrinación y su referente material

Dentro del ciclo “Peregrinación y su referente material”. El arqueólogo Hector Manuel Espinoza Vázquez, presento una conferencia titulada “Arqueología de una peregrinación, de Iztacalco a Chalma”. Y en otro caso la Arqueóloga Martha García y Luis M. Gamboa presentaron otra conferencia titulada “Las sagradas tierras de Iximche, Guatemala: sitio mayor de centro de peregrinaje en tierra Kakchikel ”. Este evento se realizó en la Universidad Tecnológica de Ixmiquilpan el 10 de julio del 2014.

En ambas conferencias se pudo constatar que desde la antigüedad las  peregrinaciones están de actualidad. Se comprueba que estas constituyen un motor en la mayoría de las religiones, que  motiva  la movilización espiritual y en ocasiones también políticas. Sin embargo, no podemos afirmar que las peregrinaciones aun cuando existan indicios en favor de la antigüedad prehistórica de los viajes a lugares sagrados; a falta de textos que aclaren el significado de esos desplazamientos, nunca sabremos si esas hipotéticas concentraciones corresponden a nuestra definición. En cambio, con la escritura, aparecen testimonios de auténticas  peregrinaciones, al menos desde la civilización mesopotámica, con viajes sagrados a Nippur y Babilonia, y más tarde entre los egipcios o los hititas.

En toda peregrinación hay múltiples símbolos fundamentales, donde la imaginación del origen en la  búsqueda de donde empezó solo refleja un ciclo de un nuevo comienzo, indefinido y eterno.  En toda peregrinación se exalta la fe personal del creyente y se fortalecen los vínculos de pertenencia de una comunidad. Es entonces una vocación, donde los centros de peregrinación se convierten en puntos de acción y contradicción. Son lugares donde afloran las ambiciones y rivalidades temporales. Al final es bien sabido que no siempre puede ser así, la culminación es la sanación para prepararse para otro comienzo.

 El poder surge cuanto algunos cuantos pueden controlar la peregrinación con esto obtiene el prestigio y legitimidad excepcional. Donde los miembros que participan así lo reconocen y respetan. Es por eso que durante los recorridos no es ajeno que hombres de todas las edades y condiciones sociales, sean motivados a moverse a un fervor autentico religioso, que puede motivar a una guerra contra otros hombres por disputarse una montaña, una cueva, una ciudad u otra que son consideradas moradas sagradas.

El lugar santo puede adoptar formas diversas, puede ser montaña o río, gruta o lago, árbol o fuente, pero, por la profundidad de la que emerge o la elevación que alcanza sugiere el paso a una dimensión distinta de la horizontal y terrestre en que se mueve el peregrino. En relación con algunos sitios arqueológicos en Guatemala, es observable como algunos han sido destruidos o vedados; otros se encuentran en pleitos abiertos entre facciones religiosas; sin embargo, los sitios mayores, siguen siendo centros de peregrinaje, presentan altares muy activos, altamente utilizados. Esto nos lleva a plantear como la organización política maya presenta una estructura jerárquica centralizada, que se refleja en el arreglo espacial o geográfico, y que además es evidente en los textos jeroglíficos. Se ha considerado que la tendencia de distribución centralizada de los asentamientos mayas dentro del ordenamiento regional jerárquico, responde a variables como defensa, control político, intercambio, mercado e inclusive, a un complejo sistema de peregrinaje, que facilitaría el intercambio de mercadería e ideas.

En otros casos el peregrinaje esta en búsqueda de la tierra prometida como es el caso de “La Teotlalapan” o “Teutlalapa”, como se le denominaba entonces durante el siglo XVI, región que comprendía la vasta zona del actual Valle del Mezquital, desde Tula hasta Itzmiquilpan y se prolongaba hasta las inmediaciones de Pachuca, Tizayuca y Zempoala. Que se convertirá en un territorio que fue bautizado con ese nombre por los mexicas y cuyo significado era “el lugar de los dioses”: de Teotl, dios, y pan, locativo; ello en razón de que fue este el último lugar que cruzaron en su largo peregrinaje emprendido en busca del lugar de asiento.

Durante los recorridos en las peregrinaciones, los hombres se someten a pruebas físicas y morales de una ascesis vivida, que en ocasiones se podría convertir en una experiencia mítica.  Pero también no podemos descartar que para algunos peregrinos se convierta en una oportunidad para viajar. En el Japón la peregrinación responde tanto al fervor religioso como al gusto por los viajes, en todo caso desde el siglo XVIII, época en que dichos desplazamientos, que ofrecían a las personas comunes y corrientes una ocasión de viajar, se pusieron muy en boga. En Mexico no estamos alejados de esto, ya que las rutas de peregrinaje suelen terminar en áreas de recreación como playas.

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