Dentro del Primer Congreso de Ecatepec Arqueología y
Recursos Naturales, organizado por el Centro de Estudios Mesoamericanos A.C. y
el Municipio de San Isidro Atlautenco, se están presentando diversas
conferencias y ponencias de distinguidos investigadores del INAH y de los
municipios aledaños. Una ponencia que
impacto a la población estudiantil, fue sobre la situación que viven los
pueblos actuales al norte de la Cuenca de México, especialmente por impacto
ambiental y cultural.
Para comprender como puede
darse este impacto, es necesario primero definir que entendemos como "Patrimonio
Cultural". Este se refiere a los sitios, estructuras y restos de valor
arqueológico, histórico, religioso, cultural o estético que se presentan en un
espacio específico con una trascendencia temporal. Su preservación puede ser un
problema para el desarrollo de proyectos que impliquen el cambio del paisaje y
por ende del modo de vida de los lugareños. En varios casos el surgimiento de
estos proyectos (por ejemplo creación de nueva infraestructura para desarrollos
urbanísticos), con lleva a un efecto potencial sobre los sitios arqueológicos,
complejos de edificios, esculturas, pinturas, inscripciones y otros restos
físicos dejados por los habitantes anteriores, y son considerados como parte
del patrimonio cultural del país.
También es visto como hay numerosos
casos en que los sitios de los bienes culturales coinciden con los lugares de
importancia natural. Los bienes culturales son parte de la base de los recursos
y, por lo tanto, es importante evaluar las opciones de desarrollo que estén
bajo consideración, con respecto a sus impactos potenciales sobre la propiedad
cultural.
En nuestros días ahora
podemos influir en una adecuada conservación y administración de la propiedad
cultural, aprovechando los programas de desarrollo municipal o estatal para
ayudar en la protección y realce de los bienes culturales que se vean afectados
por los proyectos en curso de implantación. Este enfoque que no es nuevo,
permite evitar impacto arqueológico o natural en lugares que son
trascendentales y que deben ser preservados como testimonio de un pasado
glorioso.
Hoy nos queda claro que la
nueva política debe ir dirigida en el desarrollo socialmente estable que requiere
que las sociedades conserven y mantengan sus vínculos con el pasado y con las
tradiciones culturales. La política de desarrollo socio-económico debe
propiciar por lo menos: (a) ayudar a proteger y mejorar los bienes culturales
mediante componentes específicos de los proyectos, y (b) dejar de financiar los
proyectos que perjudiquen significativamente a los bienes culturales, y ayudar
solamente a aquellos cuyo diseño previene o reduce el deterioro.
En conclusión podemos
cambiar la perspectiva del futuro a través del conocimiento del pasado, por eso
es necesario de una revaloración de nuestro quehacer para contribuir con lo
necesario en este presente.
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