El 17 de abril, inicio de la
primera sesión sobre el ciclo de conferencias relacionadas con Historia antigua
de México: La cultura teotihuacana, que se llevan a cabo en la Catedral de San José,
Tula de Allende, Hidalgo. En representación del presidente municipal de Tula Gadoth
Tapia Benítez, la titular de Turismo municipal, Roció Tirado Bañuelos y el subdirector de Cultura de Tula, Ulises Arellano Miranda.
El por
qué Teotihuacán, estando en la ciudad arqueológica de Tula. Se debe por el
conocimiento con el que se cuenta actualmente con los estudios arqueológicos
que se han desarrollado en este sitio de Teotihuacán y como hay algunos
elementos que perduraron a través del tiempo, los cuales fueron reproducidos
por los toltecas a través de la cultura material, arquitectónica o escultórica. Debido a esta situación la primera sesión
solo se enfocó al marco geográfico y cultural en donde se desarrolló la cultura
teotihuacana.
Teotihuacán (Teōtihuācan)
es una palabra náhuatl que se refiere a tēo-
'dios', -tiā (causativo), -hua (voz pasiva) y -cān 'lugar
(en el que transcurre una acción)'[1],
sea traducido tradicionalmente como el “lugar de los dioses”, ‘‘lugar donde los
hombres se convierten en dioses” o ‘lugar donde se hicieron los dioses ’[2]. El topónimo es náhuatl, empleado por los mexicas para identificar a
esta ciudad después de su abandono, como un lugar de prácticas para justificar su
cosmovisión en relación a la creación del quinto sol.
Desde un marco geográfico, El
valle de Teotihuacán, se localiza en la porción centro–oriental del Cinturón
Volcánico Transmexicano dentro de la cuenca de México. Desde la ciudad de México
se encuentra al noreste a una distancia de 40 km. Su altitud oscila entre 2250 y 3060 msnm.
La orografía afecta a la precipitación,
lo que da lugar a climas que varían de semisecos a subhúmedos, registrándose
una precipitación anual de 563.3 mm y una temperatura media anual de 14.9 °C[3]. La precipitación media es
de 500-600 mm anuales[4]. En un estudio realizado
por Castilla y Tejero (1983), propone que el clima de Teotihuacán varía en
función de la altitud, de manera que las partes más elevadas, como son en el
cerro Gordo, la precipitación anual es de 800 mm con una temperatura media
anual de 12 °C, como consecuencia de la sombra parcial y la dirección de los
vientos, sobre todo en la ladera norte[5].
Geomorfológicamente, se
caracteriza por presentar una altiplanicie escalonada y presencia de volcanes
aislados[6]. Las rocas más antiguas en
la región son andesitas y dacitas del Plioceno temprano y basaltos del Plioceno
tardío, que afloran en el cerro Patlachique[7] y el cerro Gordo[8]. Los suelos son de tipo
Fluvisol, Feozem, Cambisol, Leptosol y Vertisol[9].
Los estudios paleoambientales
mediante diversas técnicas[10] y de los estudios
geoarqueológicos[11]
realizados han demostrado que durante la época prehispánica las condiciones
ambientales eran secas y frías, con períodos húmedos que se alternaron a lo
largo del tiempo. Los estudios también han demostrado que en el Valle de Teotihuacán
había unos extensos bosques de pinos que rodeaban la ciudad, pero con la transformación
del entorno natural por el surgimiento de una ciudad planificada[12]. El impacto ecológico en el pasado llevo a una
investigación integral, donde varios especialistas comenzaron a estudiar la distribución
de asentamientos en diferentes periodos (Formativo, Clásico y Post-clásico) y
su dinámica en la degradación ambiental[13]. El estudio implico la
toma de muestras de dos tipos de registro: el primero ubicado las secuencias
edafo-aluviales en el fondo del valle (Río San Pablo y el Tular); y segundo la
toma de muestras en perfiles de suelos y edafo-sedimentos asociados con
ocupaciones prehispánicas (superficies de ocupación Azteca en Cerro San Lucas y
rellenos de la pirámide de la Luna). Se ha concluido que la aplicación de
técnicas paleopedológicas asociadas con estudios geológicos contribuye al
entendimiento de la degradación ambiental en los geosistemas naturales como
consecuencia de las actividades humanas[14].
Se considera que
actualmente, la ocupación humana, continúa modificado de manera notable el
territorio ocupado por extensas nopaleras y otros tipos de cactáceas. Un
ejemplo es la presencia constante del árbol pirul, que es alóctono procedente
del área andina[15].
[1] Reed, Alma.
El remoto pasado de México.
[2] Moragas Segura, Natalia y
Alejandro Sarabia. (2007). «Teotihuacán». Arqueoweb, 8(2) s/f. Madrid: Universidad Complutense de Madrid.
[3] García, E., 1968, Clima Actual
de Teotihuacán: Materiales para Arqueología de Teotihuacán: INAH, México, 9–28.
[4] Mooser, F.,
1968: «Geología, naturaleza y desarrollo del Valle de Teotihuacan», en J.L. Lorenzo
(ed.), Materiales para la arqueología de Teotihuacan, Serie
investigaciones 17, INAH, México, pp. 29-37.
[5] Castilla, M.E., Tejero, J.D.,
1983, Estudio florístico del cerro Gordo (próximo a San Juan Teotihuacán) y
regiones aledañas: Cd. de México, Escuela Nacional de Estudios Profesionales
Iztacala, Universidad Nacional Autónoma de México, tesis de licenciatura, 128
p.
[6] Lugo Hubp, J., 1984,
Geomorfología del Sur de la Cuenca de México: Cd. de México, Instituto de
Geografía, Universidad Nacional Autónoma de México, 95 p.
[7] Vázquez–Sánchez, E.,
Jaimes–Palomera, R., 1989, Geología de la cuenca de México: Geofísica
Internacional, 28, 133–189.
[8] García–Palomo, A., Macías, J.L.,
Tolson, G., Valdez G., Mora J.C., 2002, Volcanic stratigraphy and geological
evolution of the Apan region, east–central sector of the Trans–Mexican Volcanic
Belt: Geofísica Internacional, 41, 133–150.
[9] Instituto Nacional de
Estadística, Geografía e Informática (INEGI), 1999, Carta Edafológica Texcoco
E14B21, 1:50000: Ciudad de México, Instituto Nacional de Estadística, Geografía
e Informática, 1 mapa.
[10] Cabadas–Báez, H.V, 2004,
Paleosuelos como indicadores de cambio ambiental en el Cuaternario superior: El
caso del valle de Teotihuacán: Cd. de México, Facultad de Ingeniería,
Universidad Nacional Autónoma de México, tesis de licenciatura, 167 p.; Gama–Castro,
J., McClung de Tapia, E., Solleiro–Rebolledo, E., Ibarra, E., Sedov, S.,
Jasso–Castañeda, C., Vallejo–Gómez, E., Pi–Puig, T., Cabadas–Báez, H., 2005a,
Incorporation of ethnopedological knowledge in the study of soils in the
Teotihuacan valley, Mexico: Eurasian Soil Science, 38, 95–98.
[11] McClung de Tapia, E., Solleiro–Rebolledo, E.,
Gama–Castro, J., Villalpando, J.L., Sedov, S, 2003, Paleosols in the
Teotihuacan valley, Mexico: Evidence for paleoenvironment and human impact:
Revista Mexicana de Ciencias Geológicas 20, 270–282; McClung de Tapia, E., Dominguez–Rubio, I.,
Gama–Castro, J., Solleiro–Rebolledo, E., Sedov, S., 2005, Radiocarbon dates
from soil profiles in the Teotihuacan valley, Mexico: Indicators of
Geomorphological Processes: Radiocarbon, 47, 159–175.
[12] Rivera–Uria, Y., 2008, Impacto del desarrollo
cultural prehispánico en la cubierta edáfica del valle de Teotihuacán: Cd. de
México, Instituto de Geología, Universidad Nacional Autónoma de México, tesis
de maestría, 124 p.
[13] Solleiro–Rebolledo, E., Sedov,
S., McClung de Tapia, E., Cabadas–Báez, H., Gama–Castro, J., Vallejo–Gómez, E.,
2006, Spatial variability of environment change in the Teotihuacan Valley
during the Late Quaternary: Paleopedological inferences: Quaternary International,
156/157, 13–31.
[14] Ma.
Yazmín Rivera-Uria, Sergey Sedov, Elizabeth Solleiro-Rebolledo,*,
Julia Pérez-Pérez, Emily McClung, Alfredo González, Jorge Gama-Castro 2007
Degradación ambiental en el valle Teotihuacan: evidencias geológicas y
paleopedológicas. Boletín De La Sociedad Geológica Mexicana. Tomo LIX,
Núm:. 2, P. 203-217
[15] Mcclung, E.,
1977: «Aspectos ecológicos del desarrollo y la decadencia de Teotihuacan»,
Los Procesos de
cambio en Mesoamérica,
XV Mesa Redonda de la SMA y la Universidad
de Guanajuato, Guanajuato, México, pp. 317-326.
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