La guerra en México, en la época prehispánica es un fenómeno muy
complejo de características sociopolíticas, económicas y religiosas, junto con
el sacrificio humano, la esclavitud y la tributación impuesta a los pueblos vencidos.
En época prehispánica, la expansión territorial llevo a someter pueblos, que
eran sometidos para entregar tributos al conquistador y debido a ello la guerra
se convirtió en la principal fuente de riqueza de la sociedad azteca.
La guerra sagrada era un deber cósmico y para hacerla existían
reglas que se respetaban rigurosamente, para atacar una ciudad se necesitaba un
casus belli y uno frecuente era la agresión que recibían los comerciantes
durante sus viajes o la negativa a comerciar. Pero el conflicto no llegaba sino
hasta después de agotar negociaciones laboriosas por medio de delegaciones,
regalos y discursos. Los aztecas se abstenían deliberadamente de las ventajas
que proporciona la sorpresa. Se dejaba al adversario tiempo suficiente para
preparar la defensa y hasta se le suministraban armas, aunque fuese de forma
simbólica. Detrás de ello hay que percibir la idea de que la guerra era un
juicio de los dioses. Los guerreros no trataban tanto de matar enemigos, sino
de capturarlos, para sacrificarlos después.
¿Que sabemos del arte de la guerra con la cultura tolteca? |
Si bien la guerra buscaba capturar enemigos, el objetivo final
era derrotar al adversario. La derrota era una convención, la ciudad se
declaraba vencida cuando los adversarios habían logrado penetrar hasta su
templo, incendiando luego el santuario de su dios tribal. La toma del templo
equivalía a la victoria, pues así los dioses habían pronunciado su sentencia. Una
batalla podía empezar con una incursión sorpresiva al campo enemigo para hacer
cautivos, pero las guerras más importantes se iniciaban con una gran marcha,
portando banderas y dando fuertes alaridos, al toque de instrumentos musicales.
Llevaban así mismo las imágenes de sus dioses y otras protecciones
sobrenaturales. Antes de ir a la guerra hacían varios ritos propiciatorios y de
protección y durante la batalla ejercitaban actos de magia chamánica como
transformarse en águilas o jaguares.
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