domingo, 18 de octubre de 2020

YO SI SE POR QUIÉN NO VOTAR

Max Weber (1998)[1], en su obra: “El político y el científico”. Hace una distinción de los políticos que clasifica en tres tipos:

· Políticos profesionales. Se desarrollan dentro de los círculos más cercanos a la vida política. Los políticos profesionales deben desarrollar ciertos atributos y características específicas como: el éxito, la afabilidad, la reputación, la prudencia, la nobleza, la elocuencia, el valor, la dignidad y la honradez, sin dejar de lado aquellos aspectos propios del carácter humano. La aplicación de estos valores en la vida de los políticos daría como resultado la aceptación de la sociedad dándole con ello el poder de representatividad a su persona.

 · Políticos semiprofesionales. Son aquellos quienes adquieren cargos de tipo administrativo: directivos, delegados o funcionarios quienes desempeñan actividades políticas en caso de necesidad, es decir que no viven por ni para ellas.

 ·  Políticos ocasionales. Son quienes no precisamente se interesan en los asuntos políticos, pero ejercen su derecho a través del voto por ejemplo.

 

Los que llegan a representarnos son los políticos profesionales. No todos los políticos tinen los atributos y características específicas que mencionamos. Maquiavelo (2003)[2] señala que, el hombre de política (El príncipe) debe poseer los valores necesarios para conducir el Estado sin embargo esas cualidades no son necesarias en determinados aspectos, bastaría únicamente con aparentar tenerlas, es decir que aquellos a quienes gobierna tengan plena seguridad de que las ha adquirido y que las emplea de la mejor manera. Esto nos hace reflexinar si el asimir el voto a un político profesional, no será una ilusión que querermos creer es el líder que simula lo que no es[3]. 

Maquiavelo dice que se puede aparentar “ser clemente, fiel, humano, integro, religioso y también serlo, por eso es preciso tener el ánimo preparado para que si fuera necesario no serlo, se pueda y sepa adoptar la cualidad contraria” (Maquiavelo, 2003: 130). De acuerdo con esto, un político debe tener la capacidad para manejar distintas posturas y determinar cuál de ellas es la más idónea para llevarla a la práctica, señala que el príncipe debe ser consciente de que las acciones que realicen siempre serán juzgadas por todos y de distintas formas, por ello debe tener la gracia del pueblo de otra manera debería temer de él.

Esto lo que implica el “deber ser” de los políticos, en la actualidad la figura de éstos se encuentra deteriorada; debido a factores como la falta de comunicación y acercamiento con los ciudadanos, lo inalcanzables que parecen ante la sociedad, la falta de respuesta a las necesidades de la población así como a los actos de corrupción o de involucramiento en actos ilícitos, contribuyendo con ello a la falta de legitimación por parte de sus votantes.

Asi que tenemos que tomar una decisión consciente de que tipo de político queremos que nos gobierne en los próximos años en los municipios de Hidalgo. El hecho de que el elector emita su voto es entendido como una característica importante para convertirse en simpatizante, ya que al momento de votar, realiza una elección de acuerdo a su preferencia, ideología y convicción política: “un elector que declara su voto no es ya un simple elector: comienza a convertirse en simpatizante” (Duverger, 1957: 131)[4].



[1] Weber, Max (1998) El político y el científico. México, Alianza.

[2][2] Maquiavelo, Nicolás (2003) El príncipe. Buenos Aires, Losada.

[3] Hobbes, Thomas (1980) Leviatán: o la materia, forma y poder de una república

eclesiástica y civil. México, Fondo de Cultura Económica.

[4] Duverger, Maurice (1957) Los partidos políticos. México, Fondo de Cultura

Económica.

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