domingo, 9 de mayo de 2021

La mujer en época prehispánica

En las crónicas y códices del siglo XVI podemos indagar aspectos trascendentales de la mujer durante la época prehispánica. Su presencia se tiene a través de múltiples representaciones materiales desde etapas muy tempranas hasta la llegada de los hispanos. Los textos sobre el tema abundan con planteamiento teóricos o metodológicos que determinar el resultado cuando se trata de hacer un estudio de la problemática femenina en la época prehispánica; pero también hay solo intento de suposiciones para establecer el papel que tuvo la mujer en la vida cotidiana de las comunidades. Las dos tendencias que podemos hacer notar es que algunos proponen que la mujer tenía una condición social privilegiada; pero también, que estaba socialmente subordinada.

Cihuacóatl (mujer serpiente), Códice magliabechiano.

Según el Códice Aubin, Cihuacóatl fue una de las dos deidades que acompañaron a los mexicas durante su peregrinación en busca de Aztlán.

En el caso de que la mujer tenía una condición social privilegiada, podemos mencionar la tesis sobre "El matrimonio prehispánico azteca” que se presento en 1941 por Ana Margarita Gamio de Alba.  En el cual usando las fuentes de los cronistas y especialmente del Códice Mendoza, reseña la importancia de la mujer desde su nacimiento hasta volverse madre a través del matrimonio, donde los valores como la honestidad y el recato son las enseñanzas continuas que llevan a través de su vida hasta convertirse en personas honradas y esposadas[1].  De esta forma esto garantizaba que las mujeres gozaran de consideraciones especiales y del respeto general.


Los evangelizadores como Miguel Othón de Mendizábal se percataron que este proceder de los grupos domésticos indígenas durante el contacto hispano, permitía vislumbrar que la ética de estos grupos estaba muy adelantada a la europea
[2].  La idea que plasmo en sus escritos es que la mujer desde niña era educada para cumplir una función social, donde la madre se esmera por trasmitir estrictos principios morales y de forma simultánea actividades cotidianas que se realizaran en la vida domestica o de la funcionalidad que estaba designada en la sociedad en que se incorporaba. 

La importancia de la mujer en ocasiones era equiparada a la de los guerreros, ya que algunas morían en parto, lo que les permitía convertirse en guerreras que les permita convertirse en diosas: Cihuacóatl[3]. La deidad Cihuacoatl, la mujer serpiente. Esta deidad era la matrona de las mujeres que morían dando a luz. Estaba asociada a la guerra y al sacrificio. Era una de las deidades que demandaban mayor cantidad de sacrificios humanos. La mujer por lo tanto en época prehispánica no solo es educada para la vida doméstica, también es importante porque puede dar aportaciones a la economía, tiene un papel trascendental en la familia y en los ritos religiosos del grupo social.

En el Condice Mendocino podemos ver "los severos castigos" en los que se sometía a la mujer para lograr cumplir su función social y familiar. En caso contrario, si era encontrada in fraganti, se podía aplicar hasta la pena de muerte por ahogamiento, ahorcamiento o lapidación; una mujer incluso podría ser sometida a la tortura hasta que confesara su delito.

El ahogamiento, se consideraba una pena que se aplicaba en público, usando en ocasiones las estacas que servían para colocar a los cráneos de los sacrificados en el Tzompantli. Se aplicaba si se compraba que la mujer había cometido riña callejera, aborto, auxilio para abortar, incesto, cualquier tipo de hurto, arrancar el maíz antes de granar, hechizar o vestirse de hombre.

El ahorcamiento se hacía solo si la mujer se embriaga y podía no ser público. Después de que los españoles ocuparon el centro de México, el ahorcamiento se aplicaba en varios casos de delitos, pero en la mujer se conservo solo si esta se embriagaba. El español decía que: “Serán ahorcados hasta que mueran naturalmente”. Una frase que es contradictoria, ya que la intencionalidad esta dentro de los actos.  La lapidación se hacía a una mujer en la vía pública, dándole oportunidad a la comunidad de hacerlo, desahogando la emoción colectiva y buscando la ejemplificación. La lapidación se aplicaba por adulterio.

Cihuacoatl del Museo Nacional de Antropología

Los actos de castigos no solo eran para las mujeres, también los hombres que cometían alguna falta. Aquí es donde podemos hacer notar que hay una posición igualitaria en cuanto a la educación por la madre y ser productivos en el futuro, mas cuando sean padres y tengan hijos; donde están comprometidos a repetir el sistema. Miguel León-Portilla, en algún estudio sobre la mujer nos dice que: “La mujer nahua desde pequeña recibía una esmerada educación” … de labios de sus padres [tomará] los principios morales que regirán la vida de la niña, la adolescente y la mujer. [Aprendían] los diversos oficios y ocupaciones propias de su sexo: preparar los alimentos, tejer, bordar, pintar”[4]

La mujer es la encarnación terrestre de las deidades femeninas por eso requieren de la atención del hombre para protegerlas, saciar sus necesidades y que se sientan responsables de sus actos.



[1] Ana Margarita Gamio de Alba, "El matrimonio prehispánico azteca" tesis de maestría,

Universidad Nacional Autónoma de México, 1941.

[2] En Obras completas, 6 tomos México, D. F.: Talleres Gráficos de la Nación, 1946,

11: 403-419.

[3] Gertrudis Fierro González "La posición social de la mujer entre los aztecas y los incas". Tesis de Licenciatura, Universidad Nacional autónoma de México, 1960: pp. 20-21.

[4] León-Portilla, Miguel Toltecáyotl, aspectos de la cultura náhuatl México, D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1980), pp. 300-301.

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